Sala de Prensa
02 de Marzo de 2007
LA PREHISTORIA DE LA RAYA SE ABRE PASO EN EL TAJO INTERNACIONAL.
A 700 metros de altura se divisa la silueta difuminada de Marvão, Castelo de Vide y Malpica. Estamos en La Raya y el río marca la frontera natural entre España y Portugal. Arriba, la Sierra de San Pedro. A nuestros pies, la llanura del Tajo. La cueva de El Buraco guarda en su interior el testimonio de los antepasados: pinturas rupestres con 5.000 años de antigüedad. Los vecinos de Santiago de Alcántara han conocido desde siempre la existencia de este abrigo de roca, pero su puesta en valor ha tardado en llegar.

Una mirada detallada a las imágenes de color rojizo permite descubrir la huella indiferente del hombre. En las piedras, y sobre los trazados prehistóricos, se aprecian inscripciones realizadas con llaves, como las que se pueden encontrar en los troncos de los árboles o en la puerta del baño de una discoteca. Pero el destino de Santiago de Alcántara, su pasado y el del resto del Parque Natural del Tajo Internacional parece haber cambiado de suerte.

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Alcalá de Henares trabaja desde el 2003 en la recuperación de la riqueza megalítica de la zona. Tres años más tarde, las investigaciones comienzan a arrojar resultados. La principal hipótesis sobre la que trabajan estos profesionales es que las pinturas de la cueva de El Buraco y las de La Grajera y los dólmenes que salpican el término municipal de Santiago pertenecen a la misma época, es decir, a la Edad de Cobre (se corresponde con el tercer milenio antes de Cristo).

De ser así, la tesis defendida por el equipo capitaneado por Primitiva Bueno, catedrática de Prehistoria la Universidad de Alcalá de Henares, rompería el patrón clásico que asocia las pinturas rupestres con la zona mediterránea de la Península (en el sur y el sureste) y los grabados -como los que hay en los monumentos funerarios- con la zona atlántica (en el oeste). En el Tajo Internacional ambas expresiones convivieron.

«Nuestros trabajos demuestran que los mismos constructores de megalitos graban en el río, pintan en la sierra y graban y pintan sus monumentos funerarios. Podemos decir tranquilamente que el área del Tajo Internacional es la primera área en la Península Ibérica que demuestra que pinturas y grabados forman parte de la definición de un territorio de modo contemporáneo», asegura Primitiva a las puertas El Buraco.

En esta cavidad aparecen pinturas esquemáticas que, según los expertos, cuentan historias. «Reflejan personajes antropomorfos que se asocian entre sí. Lo que más nos interesa es que estas pinturas están colocadas de cara a esa llanura y en esa llanura tenemos las necrópolis, los lugares donde enterraban a los muertos, y a los vivos que los enterraban. Nosotros reivindicamos un poblamiento constante desde los grupos de cazadores hasta los grupos de productores», apostilla la mujer de melena rubia.

Los planes del equipo arqueológico pasan por excavar en esta cueva para conocer más sobre la vida y las costumbres de nuestros antepasados de La Raya.

En la llanura a la que se refiere Primitiva Bueno destaca el dolmen de Lagunita III. Lo encontramos reconstruido y rodeado de un intenso olor a jara. «Cuando empezamos a excavar, sólo se veía la punta superior de los tres ortostatos originales de la cámara. Todo lo demás no se veía, estaba enterrado», describe al tiempo que aclara que en nuestros días este dolmen funcionaría como un panteón colectivo.

Un impulso al turismo

Al cambio de destino de Santiago de Alcántara también contribuye la futura apertura de un centro de interpretación en esta localidad sobre la Edad de Cobre, centrado en el megalitismo.

El director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, Francisco Pérez Urban, avanzó ayer que las obras empezarán en breve y que se prevé que concluyan antes de fin de año. Se destinarán 360.000 euros. «Este centro tendrá una función de guía. No trata de dar más información que la que da el territorio. Es un soporte didáctico», explicó Pérez Urban. Será el segundo centro de interpretación de Santiago de Alcántara, ya que dispone de otro dedicado a la naturaleza. Se llama 'El Péndere'.

El alcalde de este municipio de 800 habitantes, Juan Garlito, sonríe cuando se le pregunta por el futuro de su pueblo. «Nuestro objetivo es investigar, excavar, recuperar y valorizar, es decir, que turísticamente pueda resultar rentable. Esa es la apuesta que hemos hecho. Nos parece un elemento fundamental para la creación de trabajo en el pueblo y para el desarrollo de infraestructuras», apunta. «Nos ha desbordado la riqueza que teníamos; no sabíamos que teníamos tanto», apostilla.

Punto de encuentro

Santiago de Alcántara acoge desde ayer y hasta mañana la primera reunión sobre Prehistoria reciente en el Tajo Internacional. Este encuentro concentra a expertos de Extremadura, Madrid o Portugal. Algo cambia en el lugar donde la Prehistoria pide paso.

FUENTE: EL PERIODICO HOY